
ABRIL 15 de 2022
DÉCIMA CUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el sepulcro
V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Mt 27, 59-61
José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en su sepulcro nuevo que se había excavado en la roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. María la Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro.
En esta estación vamos a contemplar la realidad de la EUTANASIA
El sepulcro nos recuerda el vacío, el sin sentido, el dolor, la soledad. Ahí está María y los Apóstoles manteniendo la Esperanza.
Nos acordamos de tantas personas muertas que su vida ha sido truncada por el egoísmo y la comodidad.
La eutanasia manipula deliberadamente conceptos como:
- Respeto a la vida humana, su valor ético y la vida como don de Dios.
- Manipulación psicológica con falso concepto de compasión.
- Valor de la vida según la productividad, la utilidad personal o social.
El Papa Francisco en Amoris Laetitia 48 dice: “La Eutanasia y el suicidio asistido son graves amenazas para las familias de todo el mundo. Su práctica es legal en muchos países. La Iglesia, mientras se opone firmemente a estas prácticas, siente el deber de ayudar a las familias que cuidan de sus miembros ancianos y enfermos.”
En todas las situaciones de muerte, la fe en la Resurrección es el consuelo más firme y profundo que desde el sentido trascendente debemos tener. La última palabra no la tiene el dolor, la muerte, si no la vida.
Jesús, enséñanos a mantener firme la Esperanza, enséñanos a que nuestras voces lejos de quedarse cerradas en el sepulcro de la comodidad, salgan y digan que el Señor nos quiere portadores y defensores de la vida.
V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria