¿Cómo es?
y nosotros que no tenemos Templo… ¿sí somos parroquia?
En medio de esta ciudad tan compleja y tan diversa Dios nos invita a que todos seamos parroquia:
Las parroquias son células vivas de la iglesia y lugares privilegiados en los que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y de su Iglesia. Encierran una inagotable riqueza comunitaria porque en ellas se encuentra una inmensa variedad de situaciones, de edades, de tareas. Sobre todo hoy, cuando la crisis de la vida familiar afecta a tantos niños y jóvenes, las Parroquias brindan un espacio comunitario para formarse en la fe y crecer comunitariamente. (DA 304)
Nuestra parroquia tiene la misión de renovarse y como nos invita el Plan de Evangelización, a salir al encuentro de nuestros hermanos, hacernos compañeros del camino y ser fermento del Reino de Dios.
No tener el templo, nos exige a una misión más viva. Sentir que somos comunidad que no depende de un espacio físico, sino un objetivo común de acompañarnos, cuidarnos, reunirnos para vivir el evangelio. Primero vivir nuestra vida arraigados en el Señor. Segundo establecer unos lazos de comunión sincera, fraterna y de participación. Finalmente de vivir o asumir el impulso que el evangelio nos lanza, para ir a los más necesitados en este sector de la ciudad.
Asumimos esta realidad e invito para que todos nos vayamos uniendo a este objetivo: todos somos Parroquia, todos somos iglesia. Vivir nuestra fe es más grato en familia que de manera aislada, estática y apática.
Que la alegría marque nuestra vida, que los retos de construir un templo una basílica nos una más.
Con la certeza de caminar con Dios y mantenernos bajo la virgen Nuestra Señora Aparecida pongámonos en camino cada día.
P. Hernán Eduardo Báez
