
ABRIL 15 de 2022
QUINTA ESTACIÓN
El Cirineo ayuda a llevar la cruz
V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Mt 27, 32; 16, 24-25
Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz… Jesús había dicho a sus discípulos: «El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará».
En esta estación vamos a contemplar la realidad de los EXCLUIDOS
El mundo está lleno de Cirineos. Aquel Simón, que venía del campo y era conocido por la comunidad cristiana, fue el primero de una cadena infinita de personas que hacen de su existencia una vida para los demás. Ellos son fermento de la nueva humanidad nacida en la Pascua, con su vida entregada para generar vida y para acompañar a tantos excluidos y descartados. Esos que nos encontramos a los bordes de los caminos. Es cierto que muchas veces “la cultura de la indiferencia” nos hace pasar de largo sin preocuparnos del que sufre cerca o lejos. Pero, también existen los Cirineos que, desde el voluntariado, el compromiso social y político, la educación y el acompañamiento abren sus manos y nos ayudan a abrir los ojos para que estemos atentos a estos hermanos que forman parte de nuestra propia familia.
Al Dios de la vida le pedimos lo que el papa Francisco solicita para nuestras familias: “no se encierren en su propia comodidad o se aíslen” (AL 186) y que sean “familias abiertas y solidarias que hacen espacio a los pobres, que son capaces de tener una amistad con quienes lo están pasando peor que ellas” (AL 183).
V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria